Locales | 21 Mar “Lo que la Intendencia de Paysandú está llevando adelante es una prueba piloto, que permitirá establecer una buena base de datos y experiencia para la implementación del proyecto de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), que precisamente tiene que comenzar a implementarse este año”, destacó Martín Appratto, encargado de la Unidad de Gestión Ambiental. El proyecto Girsu es cofinanciado con fondos retornados por el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI) y la Intendencia de Paysandú.
En esta etapa del trabajo, se trata de establecer contacto con grandes generadores de residuos sólidos, la ubicación de centros de entrega voluntaria, volúmenes de residuos reciclables a manejar, vehículos, circuitos y frecuencias de recolección a implementar una vez operativo el mismo. Al tratarse precisamente de una prueba piloto, hasta tanto se puedan adquirir los vehículos que serán específicamente destinados a la tarea, se utilizan “vehículos prestados para la tarea de recolección de residuos reciclables en los circuitos limpios existentes, que se potenciaron y todos los nuevos que se crearon por esta Administración”, dijo Appratto. “Esos préstamos son posibles, cuando los vehículos quedan desafectados de las tareas específicas de las demás direcciones de área”, dentro del Departamento de Servicios. Por tanto, el apoyo a los clasificadores de residuos en el centro ubicado en el Curupí se lleva adelante “en la medida de la disponibilidad de vehículos municipales” y cuando haya “residuos reciclables”.
En algún momento, como consecuencia de “una buena coordinación interna y con los comercios, empresas y centros educativos de la ciudad que se han plegado a esta prueba piloto, la Intendencia llegó a alcanzar frecuencias diarias de recolección de residuos reciclables que se conducían al Punto de Clasificación del barrio Curupí”. Pero, aseguró Appratto “la frecuencia histórica desde que comenzó a implementarse la prueba piloto ha sido de seis traslados mensuales, correspondiendo su espaciado temporal dentro del mes, al volumen de generación de los mismos en su origen”, lo que se viene “cumpliendo a cabalidad”, desde el 24 de julio del año pasado. Posteriormente en agosto se realizaron tres traslados, en setiembre y octubre siete, en noviembre seis, y en diciembre y enero cinco. “Para tener una idea de los volúmenes trasladados, debemos señalar que los vehículos que se utilizan generalmente tienen una capacidad de carga de hasta 5.000 kg”.
Para recolectar residuos reciclables desde comercios céntricos, por un lado, se coordinaba con grandes generadores y por otro, se realizaba una recorrida diaria, por calle Leandro Gómez, avenida España y 18 de Julio, entre las 18 y 20, “lo cual nos permitió recolectar los residuos reciclables de aquellos comercios que tienen por práctica clasificar en origen y sacar de manera ordenada a la vía pública ese tipo de residuos”, destacó el encargado de Gestión Ambiental.
Los residuos recolectados desde grandes clasificadores “eran trasladados inmediatamente después de colectados al Punto de Clasificación del Barrio Curupí en vehículo municipal”, mientras que el resto “eran trasladados a una ‘isla’ que implementamos en el Departamento de Servicios, desde donde luego en vehículo municipal, eran trasladados al mismo lugar”. No obstante, cuando en febrero pasado se debió enfrentar “un resentimiento de la flota de vehículos recolectores de la Intendencia, como es de público conocimiento, la coordinación de los mismos a efectos de destinarlos a la prueba piloto del reciclado comenzó también a resentirse, debido a que los vehículos” que podrían ser utilizados “debieron volcarse por completo a operativos de limpieza y tareas conexas. No obstante esto, la frecuencia de traslado de residuos reciclables no ha bajado de cuatro traslados por mes, es decir al menos uno semanal, manteniendo siempre el apoyo para la comercialización, incluso a requerimiento de los clasificadores”.
Appratto destacó asimismo que “la evaluación que puede hacerse es que esta prueba piloto permitió incrementar significativamente el volumen de residuos reciclables que llegan al Punto de Clasificación del barrio Curupí, al punto que, como bien lo manifiestan los clasificadores, permitió primero la recomposición y fortalecimiento del grupo que en 2010, encontramos disminuido y desmotivado y luego, promovió su crecimiento con la incorporación de nuevos integrantes que hoy encuentran allí una salida laboral”.