Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017
Locales | 01 Jun Las bicicletas que se incautan en allanamientos u otros procedimientos, o las que se recuperan de la vía pública, suelen terminar sus días destruidas por el óxido en un depósito policial, salvo que aparezca el propietario con los medios probatorios que le permitan recuperar su rodado, lo que no ocurre en la mayoría de los casos.
La Policía Comunitaria sugirió --y el Mides trasladó a grupos de jóvenes vinculados a diferentes clubes e instituciones-- una forma de utilizarlas, a partir de una disposición que habilitó a las jefaturas a retirar de los depósitos las bicicletas que llevaran más de cuatro años en esa situación.
La oficial subayudante, licenciada en seguridad Natalia Cuevasanta, encargada de la Policía Comunitaria de la Jefatura de Policía de Paysandú, explicó que el planteo se transmitió “en el marco de un trabajo interinstitucional con el Mides; se nos ocurrió con el comando de Jefatura de Policía de Paysandú entregar esas bicicletas para que adolescentes y jóvenes, de clubes de jóvenes y de la zona de contexto crítico en su mayoría, puedan repararlas y a su vez hacer usufructo de esas bicicletas”. También está previsto, en una segunda etapa, hacer entrega a diferentes centros de enseñanza, adelantó.
El planteo se trasladó a través del programa fútbol comunitario. El referente de este programa por el Mides, Fernando Doyenart, explicó a EL TELEGRAFO que en el fútbol comunitario “hay espacios de participación, de intercambio, de ver temas de interés, de ver derechos de los jóvenes, educación, salud, trabajo. En un momento surgió la idea de la necesidad de transporte. La Policía Comunitaria, que de alguna forma está cerca y participa del fútbol comunitario, escuchó esta necesidad, nos propuso esto, nosotros la escuchamos, la propusimos a los grupos de jóvenes y hubo gran aceptación”. La experiencia de Bicicletas de Uso Comunitario (BUC) comenzó ayer con la reparación de 20 unidades que estaban en depósito en la Seccional Segunda de Policía. Solamente en esa dependencia, según Cuevasanta, “hay un estimativo de 200 bicicletas, o sea que ese número va a ser ampliado a medida que vaya transcurriendo el tiempo. Han sido incautadas por diferentes motivos por el Ministerio del Interior, y en su mayoría están en condiciones de funcionamiento, salvo mejoras menores que hay que hacerles o reparaciones básicas”.
USUFRUCTO
Las bicicletas estarán a disposición de grupos de jóvenes que las soliciten para diferentes actividades o también pueden asignarse individualmente en caso que se requiera para, por ejemplo, concurrir a un centro educativo, pero no se entregan en propiedad.
“Estos son usos colectivos, grupales, comunitarios, de la bicicleta; si alguien la necesita para por ejemplo sostener un estudio, podrá usarla individualmente en concreto para algo, pero no es que ya quede para uso particular, sí queda para cualquier grupo de jóvenes que las necesite para una actividad. Nos pasó con un grupo de jóvenes el año pasado que íbamos a un parque cerca del arroyo San Francisco. No teníamos bicicletas para todos y fuimos caminando. Ahora, si hiciéramos lo mismo usaríamos este grupo de bicicletas que van a estar disponibles para esas actividades”, dijo Doyenart.
Cuevasanta explicó que “hay un reglamento, que más que eso es un compromiso moral, que hace el adolescente o el joven que vaya a utilizar la bicicleta como así también un referente de la familia y un referente institucional, que puede ser del centro juvenil o del lugar al que pertenezcan estos jóvenes”, por ejemplo participan el Club Juvenil Estrella del Sur, el Curso Hípico de Formación Profesional Básica de San Félix, Amanecer de Gurises, entre otros.
Dentro de este reglamento están previstas algunas circunstancias que pudieran ocurrir en el usufructo de la bicicleta, por ejemplo si el rodado es hurtado o extraviado o incluso si es reconocido por el propietario original. “En ese caso, que alguien la reconozca, debe presentarse en la seccional, con los títulos o boleta de compra correspondiente y no va a haber ningún problema en reintegrársela a esa persona”. El compromiso establece que el usuario tiene que presentar la bicicleta cada vez que lo requiera el referente de la institución.
ACONDICIONAMIENTO
La reparación de las bicicletas se está haciendo con recursos de un Fondo que gestionan los Socat de Paysandú. A la vez, Doyenart destacó que hay “buena disposición y ganas de colaborar de los bicicleteros y de los que arreglan bicicletas en Paysandú, nosotros conversamos con varios de ellos que se pusieron a disposición, que manifestaron interés en formar parte de este proyecto y que es una mano grande que están dando y que está bueno, no solo desde los proyectos ministeriales, sino la gente en forma particular o desde sus empresas están colaborando”.
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