Locales | 09 Ago Una asamblea realizada por los delegados de las diversas empresas contratadas para la construcción de una planta de bioetanol de Alur que se encuentra paralizada desde hace una semana, resolvió ocupar la obra tras considerar que una de las contratistas “increpaban a los operarios a trabajar, pasando por alto lo resuelto por amplia mayoría”, dijo a EL TELEGRAFO, el delegado de Teyma, Héctor Díaz.
Los representantes del comité de obra “ingresábamos a explicar, a través de un diálogo respetuoso, que habíamos adoptado esa medida y se debía respetar, si bien algunos trabajadores nos consultaban qué hacer ante el temor a represalias”, señaló.
Díaz recordó que el jueves “se dio una instancia con un maquinista perteneciente a una subcontratada que había entrado a trabajar bajo intimación, pero lo hablamos pacíficamente y se retiró. Ese mismo día, la empresa presentó un recurso ante la sede judicial y nos llegó un cedulón, donde la subcontratada manifestó que le impedimos el ingreso a un trabajador”. El dirigente negó tal situación y resaltó la actitud del operario que “aceptó la medida y llegó a la carpa a pedir disculpas”, sin embargo “la empresa hizo una ratificación y aseguró que esta persona había sido agredida e insultada y eso no ocurrió. Incluso estamos dispuestos a un careo con un delegado de la empresa para dejar en claro que la situación no fue en esos términos”.
Ante la ocurrencia de otro caso de similares características, “vimos que la empresa estaba queriendo poner en contra a los trabajadores y se resolvió la ocupación”, recordó Díaz.
El lunes pasado, la contratista confirmó ante la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) que “con los molinetes trancados y sin permitir el libre acceso no había negociación posible, pero cuando se liberó el ingreso, en vez de llamar al diálogo comenzaron a crear estas confrontaciones. Por esa razón, también decidimos la ocupación de la planta”, acotó.
Díaz informó que los delegados permanecen abiertos a la negociación, en tanto ocuparán por tiempo indeterminado y resaltó la existencia de una buena convivencia entre los operarios de las diversas empresas que se encuentran realizando tareas. “Hay una minoría que no comparte la medida pero la respeta. Venimos de todas partes del país y en el rubro de la construcción nos conocemos todos” y añadió que la situación actual “es un boicot a la organización sindical que últimamente ha obtenido logros en los convenios colectivos”.
Según el dirigente, los trabajadores de Teyma habían acordado los premios por productividad “pero de un día para otro, por situaciones ajenas a nosotros, las empresas decidieron cortar los beneficios. Incluso hay otros incumplimientos que queremos que se sepan, como la falta de inserción de la mujer en la industria y la capacitación, que era uno de los puntos estratégicos en el primer conflicto que tuvimos. Las empresas exigen trabajadores capacitados pero no quieren aportar nada y eso figura en los convenios colectivos”, sostuvo.