Locales | 09 Ene Si bien hay mayor prevalencia del mosquito común o “Cullex” que del Aedes Aegypti en nuestro medio, sin dudas ha crecido la población de este último, que es el agente transmisor del dengue y del chikungunya. Se nota con motivo de las fiestas cierta despreocupación de la población en cuanto a las medidas preventivas, como la descacharrización, destacó a EL TELEGRAFO la referente epidemiológica de la Dirección Departamental de Salud, Olga Rodríguez.
Rodríguez evaluó que en la región ha comenzado a inquietar la incidencia del chikungunya, enfermedad tropical que también es transmitida por el Aedes, con síntomas similares, a la vez de señalar que la fumigación contra el insecto solo resulta efectiva para los mosquitos en vuelo, pero no tiene incidencia en cuanto a las larvas.
Indicó que “la recomendación desde la Organización Panamericana de la Salud para combatir el mosquito del dengue es no fumigar y sí hacer eliminación de los posibles criaderos. De todas maneras, vemos que sigue habiendo criaderos y situaciones complejas en algunas zonas”.
La referente apuntó que “en los últimos días o semanas, tal vez por las fiestas, se baja un poco la guardia, hemos encontrado menos respuesta en la población. Hay un poco de cansancio, vemos que hay fondos que están un poco descuidados, donde hemos encontrado criaderos, pero tenemos que seguir insistiendo y recordando que en el caso de Aedes Aegypti es recomendable eliminar todos los recipientes que puedan contener agua. Hay que eliminarlos porque es allí donde se cría el mosquito”.
“Y de paso estamos colaborando para evitar la proliferación del mosquito Cullex”, dijo, aunque aclaró que si bien ambas especies comparten el hábitat ciudadano, “hasta ahora no hemos encontrado al Aedes en la calle ni en las cunetas. Siempre lo hemos encontrado en los fondos de las casas”. “Se nos insiste con que tengamos en cuenta que es una mosquita muy tímida, que donde hay tránsito, no desovará. Siempre anda adentro, en lugares donde encuentra gente y donde se puede esconder con facilidad”, apuntó Olga Rodríguez.
Asimismo, expuso que en cuanto a los porcentajes del mosquito común y del Cullex en los hogares “el que prevalece de noche, sin dudas, es el Cullex, que tiene una proliferación importante en algunas zonas, tal vez por la cercanía del río. Las inundaciones serán un factor muy desfavorable para la proliferación de insectos y vectores, conjugado con las temperaturas elevadas. Afortunadamente la población de Aedes es sensiblemente menor que la del Cullex”. Destacó sí que el agente transmisor del dengue tiene la particularidad de picar en horarios específicos, “porque lo encontramos ya a partir de las 8 y 30, cuando vuela, pero en un lugar que esté fresco, vuela todo el día. Si estamos afuera, por ejemplo, abajo de la sombra de un árbol, en el jardín, los hábitos son de mañana temprano, desde 8 y 30 hasta las 10 y 30, y después otra vez de tardecita”.
“En condiciones de aire libre, digamos, evita las horas en que el sol está más fuerte. Lo mismo ocurre con el Cullex, que anda sobre todo de noche, y arremete cuando baja el sol, justo en las horas cuando la población quiere descansar”, precisó. En cuanto a la importancia de la fumigación, la entrevistada señaló que si bien es un factor de relativa incidencia en el caso del Aedes, sí es importante para reducir la población de otros mosquitos e insectos, aunque en lo que refiere a las larvas, que están en el agua, “por más que se fumigue, van a resultar indemnes, porque el insecticida no entra y no las afecta”.

PREOCUPA EL CHIKUNGUNYA
En lo que respecta a la situación del dengue en la región, Rodríguez dijo que “hay un escenario complejo, pero hay más inquietud por el chikungunya que por el dengue. Debemos recordar que el vector es el mismo, porque siempre hablamos del mosquito Aedes Aegypti, pero la que está complicando más es esta enfermedad, por la que tenemos más recelo”.
Esta situación comprende también a Paraguay y Brasil, que son lugares de dengue endémico, pero “todavía en el sur los casos son algo aislados”, aunque se están dando “muchos casos en Colombia y van bajando por América Latina, hasta llegar a esta zona en cualquier momento”.
En cuanto a las diferencias entre el chikungunya y el dengue, señaló que en el primer caso los síntomas son más leves y más difíciles de identificar en un principio, pero en cambio tiene la particularidad de que pueden “permanecer por más tiempo en la persona”, contrariamente a lo que ocurre con el dengue.