Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017
Deportes | 11 Ene SALTO (por Santiago Balbis, enviado especial). Jonathan Do Santos salió en camilla, sentido, dejando su lugar para Trindade en medio del aplauso generalizado del público que llegó al Dickinson. Minutos más tarde el delantero sería ovacionado mientras ofrendaba la pelota que tendría a su hijo como destinatario final. Es que el goleador se transformó en el héroe del clásico más añejo del fútbol del Interior, marcando nada menos que los tres goles con los que Salto derrotó a Paysandú por 3 a 1 en lo que significó el debut en la 12ª versión de la Copa Nacional de Selecciones.
Do Santos pareció liquidar el partido ya en el primer tiempo, cuando su equipo era totalmente superior a un Paysandú que no tuvo rumbo fijo, al que le costó hacer pie dentro del terreno de juego frente a un equipo salteño que se soltó y que dejó en claro que estaba dispuesto a ser protagonista desde el primer momento del compromiso, al punto que avisó rápidamente con una doble llegada sobre el arco de Acosta, que salvó la caída.
La Blanca se mostró perdida, pero en ese primer cuarto de hora al menos intentó en dos ocasiones, hasta que Do Santos dio el primer zarpazo luego de que González volara a toda velocidad por la izquierda y enviara un centro perfecto para que el goleador ingresara solo.
Paysandú lo sintió y mucho. Y Salto comenzó a disfrutar esa primera parte porque mientras a uno no le salía nada, daba ventajas en la mitad de la cancha sin poder tener la pelota ni poder contener al rival y menos generar fútbol, y atrás sufría demasiado, el otro leía el juego con claridad, lastimaba por las bandas, tocaba. Llegaba y hasta se dio el gusto de reventar el horizontal del arco visitante. Hasta que apareció el segundo zarpazo del goleador, que tras un tiro libre en el que le ganaron la espalda a los defensores y Acosta se revolvió como pudo, no perdonó. La ventaja era justa. La diferencia era notoria entre uno y otro. Paysandú poco podía hacer para contener al rival, atrás no se podía salvar la plata y hacia adelante todo eran pelotazos. Solo Sabaño y Cáceres parecían querer salir de la monotonía. Pero la situación pareció corregirse en el complemento, y con tan solo una variante: el ingreso de Medina. El técnico sanducero ordenó una línea de tres, se jugó por un enlace, todo con un solo movimiento de nombre. Y le dio resultado porque el equipo respondió, se volcó al ataque pero con ideas, soltó a los volantes por afuera y apretó el acelerador ante un rival que se vio sorprendido por la respuesta de un equipo que parecía liquidado antes de irse al descanso.
Más allá de que Acosta salvó en un mano a mano, Paysandú alcanzó el descuento tras una patriada de Ignacio Pérez, que definió cruzado, abajo, de gran manera, y alentó a la esperanza, que aumentó cuando el árbitro expulsó a Píriz por doble amarilla al interpretar una simulación que no existió. La Blanca decidió en ese momento mandar otro delantero a la cancha para ir en búsqueda de la igualdad, pero el cambio debió esperar por expulsión, también incorrecta por doble amonestación, de Morales.
Y ahí volvió a aparecer Salto, luego de un disparo cruzado y afuera de Cáceres. Y surgió otra vez el zarpazo de Do Santos, de cabeza tras un tiro libre.
La esperanza, cimentada en esos primeros 20 minutos del complemento, se esfumó rápidamente. Pero la Blanca perdió el partido en el primer tiempo. Y deberá sacar conclusiones justamente de eso, porque más allá de haber perdido un partido perdible en lo previo, no podrá cometer los mismos errores ante Artigas en la próxima fecha, ya sea allá o acá, lo que se definirá en las próximas horas.
Anoche, por esta Serie A, Artigas venció 2 a 1 a Bella Unión como visita, tanto en mayores como en Sub 18.
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