Locales | 13 Abr Culminó ayer el 14º Encuentro de Salsipuedes por el Reconocimiento del Estado Uruguayo a la población Charrúa, y la decimosegunda cabalgata, que se inició el viernes, con la participación de unos 150 jinetes de diversas aparcerías. Participaron representantes de agrupaciones de descendientes de charrúas que, junto con los jinetes, marcharon hacia las costas del arroyo Salsipuedes Grande, en las inmediaciones de Tiatucura, al este del departamento, para participar en el acto ante el monumento “Betum Arrasam Baquiu” en memoria de la matanza de Salsipuedes. También estuvo presente el intendente departamental, Mario Bandera.
Durante el acto, las alumnas Guadalupe Meireles y Noelia Valdomir, de la Escuela Nº 29, recitaron la proclama “Yambo Yambo” en dialecto charrúa mezclado con español. En la parte oratoria, la alcaldesa de Guichón, Delia Lestarpe, agradeció a las comunidades indígenas, organizadores, Municipio de Guichón, Intendencia de Paysandú. “En especial a las aparcerías que recorrieron kilómetros, a 'lomo de caballo', a pesar de los malos caminos”, resaltó.
La alcaldesa recordó que la matanza de Salsipuedes fue un momento triste de la historia uruguaya. “Hoy tenemos que llamarnos a la reflexión y luchar por las cosas que queremos. Los descendientes indígenas quieren que los reconozcan como tal. En otros países, se los reconoce, en nuestro país no está bien concretado”, dijo Lestarpe.
En tanto, Marcelo Fender, organizador de la cabalgata de Salsipuedes e integrante del grupo “Vecinos de Guichón por los bienes naturales”, agradeció de parte de la organización a la gente que fue a caballo. “El 14º encuentro está cumplido, pero desde hoy (ayer) hasta el año que viene estamos trabajando para los 15 años e invitamos a la gente de a caballo”, dijo.
Además, pidió colaboración a los representantes políticos que estaban presentes en el acto, llamándolos a tener una participación más activa. “El Estado es el gran ausente en esto, reconocemos la colaboración que hace el Municipio de Guichón, pero podría ser más”, manifestó.
Fender señaló que están dispuestos a abrir las puertas. “Tal vez nosotros no somos los indicados, pero hemos tenido que estar”, aclaró, para luego solicitar al espectro político un reconocimiento nacional para los 15 años del Encuentro de Salsipuedes. “Nosotros no tenemos los medios, por eso le pedimos al Estado que brinde dinero, difusión, mejore los caminos”, dijo.

SEGUIR EN LA LUCHA
Elena Santana, descendiente charrúa, que llegó desde Soriano con su familia como cada año, dijo que no se necesita de un político. “Nosotros vamos a seguir en la lucha y en el Salsipuedes estaremos presentes”, señaló. Acto seguido leyó palabras que ella misma escribió en memoria de la fecha que se recordaba.
Por otra parte, Martín Delgado, en representación del Consejo Nacional Charrúa (Conacha), señaló la importancia de recordar la fecha de Salsipuedes. “Hace 184 años un grupo de élite, perfilando un proyecto de país en el cual nosotros los indios no entrábamos, nos masacraron y engañaron”, recordó.
Indicó que el Conacha trabaja firmemente para que el Estado uruguayo reconozca la población indígena y apruebe el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Un convenio de derecho indígena, reconocido internacionalmente, que solo Uruguay y Surinam no lo han ratificado”, advirtió.
El Convenio 169 es un instrumento jurídico internacional vinculante que se encuentra abierto para su ratificación y que trata específicamente los derechos de los pueblos indígenas y tribales. “La Nación Charrúa está viva y es parte del Uruguay”, sentenció.

MENSAJE
Javier Alarcón fue el chasque que entregó un mensaje por la fecha de Salsipuedes al historiador Gonzalo Abella, quien lo leyó a los presentes. Acto seguido, los jinetes llevaron el mensaje y lo arrojaron al arroyo Salsipuedes como parte del ritual.
La ceremonia fue encabezada por Tancredo Suárez, quien integra la agrupación indígena Aquecha de Paysandú. Después del acto, los participantes se reunieron en la Escuela Nº 29 para un almuerzo y un acto cultural amenizado por el dúo Vargas-Ilardía y María Elena Melo.